

A. Una presencia propia en Internet de candidato y de marca de partido fuerte, presencia pensada, interactiva, planificada, que genera engagement, atractiva y con unos contenidos de calidad y de valor.
Siempre pensando en los variados tipos de votantes, perfiles y distintas zonas geográficas nos darán como resultado plataformas, mensajes y slogans múltiples para cada uno de ellos.
En este punto vamos desde un blog de partido, blog del candidato, página oficial y grupos en Facebook, Twitter con su perfil, listas propias y videos de 6 segundos en Vine, un canal en YouTube, Vimeo o DailyMotion, un sitio en Google+, una acción de microblogging con Tumblr, cercanía personal mediante Mobile marketing con WhatsApp, WeChat, Line, GQ, Instagram, además de nuestras imágenes en Flikr y tableros en Pinterest.
B. Tecnología de seguimiento. Es imprescindible “escuchar el ruido online” relacionado con el candidato, el partido, el slogan de campaña y los mensajes de campaña.
Lo primero es analizar el contenido generado en Internet para:
- Identificar las diferentes temáticas de las que se está hablando en Internet.
- Valorar los sentimientos positivos, neutros o negativos de los contenidos.
- Clasificar las fuentes donde se publica ese contenido.
- Los argumentos que se emplean son de carácter positivo, neutro o negativo.
- Cómo estos contenidos influyen en la masa y en los influenciadores.
- Todo esto se trabajará también con todos nuestros competidores.
Una vez que dispongamos de esta gran cantidad de información clasificada, lo que obtendremos como resultado es: ¿Qué se dice? ¿Quiénes lo dicen? ¿Cuándo se dice? ¿Cómo se dice? ¿Dónde se dice?, y todos estos datos por idioma y zonas geográficas.
Toda esta información nos da pie a:
- Evaluar la efectividad de las campañas.
- Identificar los mensajes de mayor impacto y rentabilidad.
- Manejar 24 horas los tiempos de campaña.
- Conocer como se perciben los candidatos y partidos en la mente de los votantes.
- Analizar los sitios de Internet y temáticas en los que nuestra campaña genera más valor.
Por último añadir el efecto de la Geolocalización. Con la tecnología adecuada podemos obtener, vía Twitter, datos de incalculable valor político; por ejemplo, la cantidad de ruido online en tiempo real, las temáticas de conversación en tiempo real, lo que se está diciendo en tiempo real e identificar a los usuarios. Y todo esto por ciudad, por colonia e incluso por la calle.
Conclusiones
Si eres un votante como cualquiera de nosotros, ten en cuenta todo lo que se puede saber de ti y todo lo que puedes hacer conscientemente, que a tu vez, emitiendo opiniones, debates y temas de relevancia, puedes influir.